Manifiesto

Huimos de la visión de un mundo rural idílico para urbanitas. 
De la "España vacía" a la que se mira con lástima.
Nos rebelamos cuando nos dicen que lo único que importa es lo que pasa en las ciudades.
Nosotras, las mujeres del rural, somos dueñas de nuestra propia narrativa.
Reivindicamos nuestro acento, que son nuestros ancestros.
La lluvia como religión. Orballo y amén.
Hijas del rural. Orgullosamente rurales.